lunes, 28 de noviembre de 2011

El otro día tenía que enviar un mensaje urgente y el celular de repente empezó a funcionar mal. Andaba muy lento, a punto tal que no podía enviar ese mensaje urgente a esa persona que para mí es muy importante.

Me enoje tanto que le di un golpe al celular. Pero de repente, al mirar, me dí cuenta que había llegado al límite la capacidad de guardar mensajes, por eso el celular no funcionaba bien.

Cuando empecé a eliminar todo eso, el celular volvió a ser ágil y rápido, y pude realizar lo que deseaba hacer.

En nuestra vida vamos acumulando tristezas, problemas, frustraciones, broncas, y en un momento dado nos damos cuenta que ya no podemos más y nos preguntamos que nos pasó, porque no podemos vivir bien.

Eso nos sucede porque llevamos en nuestros hombros una gran mochila, que debemos dejar delante de los pies de Jesús y ya no llevarla.


Dios quiere que viajemos alivianados por la vida, que ya no llevemos esa pesada carga en los hombros, que aprendamos a confiar en El, llevando nuestras cargas a sus pies , que El nos
guiará a puerto seguro.

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